martes, 24 de noviembre de 2015

La discriminación social, especialmente en niños.

En el segundo tema, tratamos bastante la desigualdad social en numerosas ocasiones que, queriendo o no, producimos una diferenciación de las personas por cualquier distinción que tenga respecto a nosotros mismos.

Para comentar este tema que por desgracia crece y crece en los niños de nuestra sociedad. Se nos facilitaron varios vídeos en la plataforma ¨Moodle¨ de varios experimentos con niños, cuyos resultados fueron espeluznantes.
Los experimentos eran sencillos. Se elegían niños inocentes, como cualquiera que podemos encontrarnos en la calle y se les exponían dos muñecas, una de piel blanca y otra de piel negra. A partir de aquí, las impresiones.

Los periodistas comenzaron a preguntar uno por uno qué muñeca era la buena y todos, absolutamente todos los niños decían que la muñeca buena era la de piel blanca, aunque posteriormente, cuando se le preguntaba el por qué, dudaban en la respuesta, aunque casi siempre respondían ¨porque es como yo, de piel clara y ojos claros y no de color café...¨.  Parece increíble, pero los niños, pese a su edad, ya tienen diferenciado lo bueno de lo malo únicamente por el color de piel que otra persona tenga y, eso sin duda, es una discriminación social increíble hacia la persona cuyo color de piel no es el clarito que los niños defendían.


Personalmente, como jugador de baloncesto, he tenido como compañeros a un chico senegalés, otro chino y, actualmente, a un neoyorquino, también de piel oscura. Los tres, mejor dicho, los cuatro, aparentemente distintos, somos exactamente iguales, nada nos diferencia para que unos discriminemos a otros o viceversa. Mi compañero actual nos aporta grandes cosas al equipo, podemos practicar y mejorar nuestro nivel de inglés con él, podemos ir de cena con él, es un chico normal, que nosotros como personas ya más o menos adultas comprendemos que es lo lógico, pero niños o jóvenes muchas veces no entienden esa igualdad pese a la evidente diferencia de color en la piel. Por razones como ésta, hay que concienciar a los niños desde las edades más tempranas para que su noción de igualdad sea mucho mayor y que no vean ningún tipo de diferencia, no sólo por la piel, sino por la forma de los ojos o cualquier diferencia facial o corporal, por lo que lograríamos una mejora de convivencia entre las personas desde niños, evitando factores muy importantes como el bullying, muchas veces ocasionado por aspectos como los anteriormente mencionados.

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